Un test sanguíneo identifica a mujeres postmenopáusicas con riesgo de osteoporosis

2022-11-07 16:29:39 By : Ms. Eva Ho

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Un sencillo análisis de sangre permite identificar a las mujeres postmenopáusicas con mayor riesgo de osteoporosis, asegura una investigación de la Clínica Universidad de Navarra que ha demostrado la alta sensibilidad que ofrecen tres marcadores de remodelado óseo a la hora de descartar si una paciente padece o no osteoporosis. Según Patricia Restituto y Nerea Varo, mediante un simple análisis de sangre se pueden conocer los niveles de los tres marcadores -P1NP, β-CTX y osteocalcina- y detectar así la presencia de un recambio del hueso acelerado. En caso positivo sería necesaria una densitometría para confirmar el diagnóstico.

Hasta ahora, el método recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el diagnóstico de la osteoporosis es la densitometría ósea. La pauta general indica la realización de una densitometría únicamente a aquellas mujeres postmenopáusicas que presenten al menos un factor de riesgo de padecer osteoporosis. «Sin embargo –destacan las doctoras Restituto y Varo- existen dos claros inconvenientes en la práctica diaria. Por un lado, la densitometría es una prueba económicamente muy costosa. Por otro, debido a una limitación en el número de equipos disponibles en nuestro país, no a todas las mujeres postmenopáusicas con factores de riesgo se les realiza una densitometría, aunque clínicamente esté justificado». Por esta serie de circunstancias, apuntan las especialistas, «la osteoporosis no se diagnostica en estadios tempranos».

La osteoporosis ha sido bautizada por la OMS como «la epidemia silenciosa». «Se trata de una enfermedad en la que el paciente sufre una pérdida de masa ósea que puede repercutir en el deterioro de la calidad del hueso. El problema es que el paciente no notará ningún síntoma hasta que sea demasiado tarde ya que antes de la fractura los síntomas suelen pasar desapercibidos, tanto para el paciente como para el médico», advierte la doctora Amparo Calleja.Se trata de una enfermedad en la que el paciente sufre una pérdida de masa ósea que puede repercutir en el deterioro de la calidad del hueso

La osteoporosis es la enfermedad ósea más prevalente. La OMS estima que el 40% de las mujeres mayores de 50 años sufrirá una fractura relacionada con esta dolencia en algún momento de su vida y un 52% en el caso de las mujeres de más de 70 años. «No obstante –observa Colina-, se calcula que el número real de mujeres con osteoporosis es todavía mayor, un porcentaje que crecerá con el aumento de la esperanza de vida».

Ante una incidencia y morbilidad tan importantes, el objetivo principal del médico especialista radica en «diagnosticar a la paciente antes de que se instaure la osteoporosis como tal o, al menos, antes de que sufra la primera fractura ósea, ya que en ese momento los tratamientos son mucho más eficaces y, por tanto, el pronóstico de la paciente es mucho mejor», subraya. De hecho, las especialistas aseguran que «cuando el hueso ha comenzado a perder masa ósea pero todavía no ha visto alterada su estructura el proceso osteoporótico puede, no sólo detenerse, sino incluso revertirse».

Del último estudio epidemiológico completo realizado en España sobre la osteoporosis, se desprende que en 2010 se produjeron 200.000 nuevas fracturas por fragilidad: 40.000 de cadera; 30.000 de vértebras; 30.000 de antebrazo y las 100.000 restantes, en el húmero y otras localizaciones.

Calleja aconseja en este sentido estudiar especialmente a tres colectivos de personas: mujeres mayores de 65 años, varones mayores de 70 años y, además, habría que analizar al grupo de mujeres y varones que presenten factores de riesgo debido a alguna enfermedad o a la toma de fármacos que disminuyen la masa ósea.

A la vista de los datos expuestos, la endocrinóloga señala que «conviene tener en cuenta que el 54% de las fracturas se produjeron en personas que en un estudio de densitometría ósea no presentaban osteoporosis, lo que ha llevado a buscar y utilizar otras herramientas, además de la densitometría, para poder diagnosticar y tratar a tiempo la osteoporosis». Cabe destacar que del conjunto de los pacientes fracturados, sólo el 19% estaban previamente tratados, porque del resto se desconocía que padeciesen osteoporosis.

La investigación se ha llevado a cabo sobre 152 mujeres y se ha centrado así en la determinación en sangre de los tres marcadores óseos ya mencionados en mujeres en menopausia temprana. Todas estas pacientes no tenían clínicamente indicada la realización de una densitometría ósea, ni por edad, ni por factores de riesgo. Sin embargo, el 12% de ellas presentaban osteoporosis confirmada por densitometría ósea. La identificación de estas pacientes fue posible gracias a los marcadores óseos. De no haber determinado los marcadores óseos, no se les habría realizado la densitometría ósea y no habrían sido diagnosticadas y tratadas hasta que hubieran sufrido una fractura ósea.

Según las doctoras Varo y Restituto, este método aporta importantes ventajas. Así, explican que los marcadores de remodelado óseo «son productos de la formación y destrucción de la matriz ósea, que informan de la velocidad del remodelado (recambio) y, por tanto, reflejan la actividad metabólica del hueso». Entre sus principales ventajas describen los marcadores como «determinaciones sencillas, económicas y accesibles a toda la población. Permiten una sospecha de diagnóstico de la enfermedad y, por tanto, un inicio temprano del tratamiento». A los beneficios que aportan los marcadores añaden el hecho de que «presentan una sensibilidad muy elevada que reduce al máximo la presencia de posibles falsos negativos».

Para la doctora Sonsoles Botella, Especialista en Endocrinología y Nutrición y primera firmante de la publicación, «la determinación de estos marcadores de remodelado óseo permitiría realizar un cribado en mujeres postmenopáusicas para descartar osteoporosis. Este screening no es posible de realizar mediante densitometría ósea ya que es una técnica cara y poco accesible y la densitometría se emplearía únicamente para confirmar el diagnóstico en aquellas mujeres postmenopáusicas que tuvieran elevados los niveles de marcadores, lo que sería un gasto más asumible para el sistema sanitario».

«Con esta prueba –precisan Varo y Restituto- sería viable hacer un cribado anual a todas las mujeres postmenopáusicas». En esta nueva situación, afirman, no habría una limitación de equipos disponibles, ya que la prueba de cribado mediante los marcadores de remodelado óseo conseguiría que el número de densitometrías necesarias fuera asumible», concluyen.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Lo más leído en Salud

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación