Gana un maratón de montaña en 3:50 tras aconsejarle los médicos días antes "que como mucho hiciera un paseo andando de 1 kilómetro" | Diario del Triatlón: Noticias sobre Running, Ciclismo, Natación y Entrenamiento

2022-11-07 15:54:55 By : Ms. Yoli Shu

En 2018 a Jokin Lizeaga, una de las grandes españolas del trail en la última década, le cambió la vida por completo. Competía en el Maratón de montaña de los Pastores de Portuduera en Asturias cuando sufrió un terrible accidente al caer en una sima de 15 metros. Salvó la vida de milagro pero las consecuencias de ese tremendo golpe fueron terribles. De hecho, desde hace cuatro años está de baja laboral a causa de una degeneración ósea que le produce fortísimos dolores, le ha incaoacitado incluso hasta andar en algunos momentos y que, reconoce, que puede llevarle a acabar en una silla de ruedas.

A pesar de esta situación, este tenaz atleta vasco no se rinde y pese a la advertencia de los médicos que le aconsejan caminar "como mucho un kilómetro", participó hace dos semanas en el Maratón de montaña Basajaun Trail y lo ganó con una extraordinaria marca de 3:50. Jokin Lizeaga ha concedido una entrevista al diario Noticias de Guipuzkoa en el que explica su delicada situación y cómo está luchando para superarlo pese a que los diagnósticos que ha recibido son todos muy fatalistas de cara al futuro.

¿Cómo se encuentra? Hace año y medio, en vísperas del reto que llevó a cabo en Urnieta, contaba que desde el accidente había tenido altibajos tremendos tanto físicos como emocionales.

  Igual te miento. No sé qué decir. Hasta ayer estaba muy bien, ahora estoy jodido de una costilla. Te voy a decir bien porque espero que se pase. Me encuentro bien, pero desde junio del año pasado estuve trece meses sin poder correr, ni pasear, estaba de baja y tenía que llevar a los niños al cole en coche porque no podía andar ni 300 metros. He estado jodido, muy dolorido, con degeneraciones óseas en las vértebras, alguna fractura. He estado mal. Corrí en abril del año pasado en Urnieta el reto, en mayo una carrera en Jaén y luego fue todo a peor. En verano de 2021 estaba cojo. Dolores de espalda, de cabeza, de cadera, de plantas de los pies... ha sido un año duro. En junio y julio de este año comencé a sentirme mejor, empecé un tratamiento para intentar fortalecer la espalda y dar un poco de densidad ósea a los huesos, y me fue bien. Empecé andando, paseando, y me animé a correr un poco. Los dolores no han aumentado en estos tres o cuatro meses y me gustaría seguir disfrutando de la naturaleza, del esfuerzo que me supone correr, hacer rápido cimas y esas cosas.

Durante este año y pico ha visitado muchos médicos. ¿Qué le han dicho? ¿Es todo consecuencia de aquel golpe recibido hace cuatro años y medio? 

Desde hace cuatro años hago pruebas trimestrales o semestrales en neurología y oftalmología. Ahora también estoy en traumatología y reumatología. En total, cuatro especialistas. Los pronósticos no son muy positivos, la degeneración ósea que tengo puede ir in crescendo. Yo no creo mucho en lo que me dicen. Sí lo relacionan con el estrés postraumático, pero no hay una justificación de la caída con la degeneración de los huesos. La estructura ósea hace cuatro años estaba bien porque soportó una caída de 15 metros, pero ahora no soportaría ni llevar la compra en brazos. Me hicieron dejar el trabajo, me querían dar la incapacidad, no me dejaban agacharme… así he estado. Pero he mejorado mucho. La enfermedad no sé cómo está, pero me he atrevido a hacer lo que me gusta, sin pensar mucho en el futuro, en cómo estaré dentro de dos o tres años. Si sigue esa degeneración probablemente acabaré en silla de ruedas y, si por lo que sea se para, espero seguir haciendo lo que hago. No pienso mucho en el mañana, intento disfrutar del momento, que se dice fácil pero no lo es.

Sin más, tampoco hay muchas opciones. Me dijeron que la degeneración era parecida a la que podían tener personas de 70 u 80 años, que su estructura ósea es parecida a la mía actual. Aceptar que tu espalda es como la de una señora mayor, siendo deportista... Me dicen que lo que tengo que hacer es dar paseos de un kilómetro. Yo les pregunto si se puede mejorar y me dicen que no, que como mucho mantener. He buscado también en la medicina alternativa, pero no me ha convencido, los pronósticos eran similares. Tomo una pastilla semanal que es un fijador de calcio para intentar mantener esa densidad ósea y no hay mucha más opción: tratamiento y ejercitarme lo menos posible, según ellos.

Yo pienso al contrario que ellos, pienso que si el cuerpo se para, se estropea. El cuerpo está preparado para soportar esfuerzos, solo hace falta saber de dónde venimos, de cazar para comer, de hacer kilómetros para poder sobrevivir. El cuerpo humano está preparado para caminar, soportar frío, pesos. Yo pienso en eso, he estudiado eso, soy licenciado en Actividad Física y Deporte. El mejor tratamiento para todas las enfermedades es el deporte, desde problemas cardiovasculares, tensiones altas o diabetes, hasta temas de cabeza. Siempre he intentado hacer ejercicio, cuando no lo he hecho es porque tenía dolores inaguantables.

¿Los médicos ya saben que ha corrido un maratón de montaña? 

Me imagino que me echarán la bronca. Estuve en septiembre con el médico y le dije que quería coger el alta para trabajar. No me gusta estar de baja. Estar de baja me hace pasar muchas horas en casa. En septiembre cogí el alta y empecé en un centro en Villabona. Le dije al reumatólogo que estoy haciendo ejercicio y trabajando. Me dijo: Poliki, poliki. Creo que no tenemos el mismo concepto de poliki. Muy saludable no tiene que ser correr un maratón lo más rápido que puedes, lo reconozco, pero es lo que me da ilusión, retos, ganas de vivir. Estamos para disfrutar y ser felices, y si yo la busco ahí, hay que atreverse.

Con todo lo que me ha contado, y va y gana con 3 horas y 51 minutos. ¿Qué es eso: motor, casta? 

Sin más. El que hizo segundo, Iñaki Olano, y el tercero, Xabier Zarranz, son buenos corredores, nos conocemos. Yo había apretado en un par de entrenamientos y sabía que estaba bien. Sabía que lo podía hacer bien. Tengo 43 años, pero el rendimiento lo encuentro rápido. Eso es genética, se lo debo a mi madre y mi padre. Me sorprendió ganar, pero no fue una sorpresa rondar o bajar de esas cuatro horas. No es una sorpresa porque mi referencia es de hace cinco años, cuando estaba en el momento óptimo. Lo que más me sorprende es que cinco años después tenga un rendimiento parecido. Te da satisfacción y es un plus. Salir era mucho, acabar también y ganarla un subidón.

¿Qué le dijeron sus rivales?

Ellos igual se sorprendieron más. Con Iñaki tengo relación, soy su entrenador. En verano fui a Pirineos con él, sabe cómo he estado. Qué casta, qué clase, me decía. Hasta el kilómetro 20 o así me costó seguirles, un rato les dejé ir. Me choqué con un árbol porque no veía bien. A partir del kilómetro 20 les cogí y fuimos muy rápido. En la cuarta subida me dijo: Tira, vete a tu ritmo, disfruta. Y seguro que se alegró de que ganase. Me respetan, valoran lo que hago, de eso estoy orgulloso.

Sobrevivió y ahora gana. Parece de película. 

Bueno, la realidad es esa. No me considero un superviviente, pero fue un milagro salir de ese agujero, aguantar esa caída y estar aquí. Después de la carrera me escribió una chica de Urzainqui que tuvo un accidente, ha quedado tocada, ha perdido casi la vista, y consiguió mi teléfono y me llamó. Estuvimos una hora hablando. Si ayuda a ese tipo de gente que está sufriendo como yo a intentar superar sus problemas, bienvenida sea.

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

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