La razón, de acuerdo a lo explicado por médicos, es el mantenimiento de equipos pues cobrar en bolívares significaría dejar de arreglar las máquinas o no comprar materia prima para procesar estas pruebas. "Los insumos son traídos de afuera. Esa es una de las razones por las cuales los costos son tan altos", decía Jorge Vásquez, médico radiólogo.
Las pruebas que son más costosas son aquellas que necesitan de una máquina avanzada. La densitometría ósea y las tomografías con contrastes, por ejemplo, cuestan entre 180 y 260 dólares. Estos exámenes son de los más caros en el ramo de las imágenes.
"Lo increíble es que la gente de bajos recursos debe parir el dinero para poder hacerse estas pruebas. Dentro del Hospital Central hay un tomógrafo que va para diez años parado y nadie hace nada para solventar esta situación", comentaba el doctor René Rivas, presidente del Colegio de Médicos en el estado Lara.
La dolarización de estas pruebas es tan evidente que, hasta los exámenes sencillos que en teoría deberían hacerse las personas de forma rutinaria como la citología o la mamografía tienen un costo que va desde los 15 hasta los 20 dólares americanos. Este monto, por supuesto, no cubre la consulta.
"Se pueden buscar fundaciones o laboratorios que no sean tan prestigiosos, pero en casi todos el monto es el mismo", dicen los familiares de pacientes hospitalizados en el Antonio María Pineda.
Lo que más indigna a la colectividad es la nula fiscalización que hay en estos precios. Mientras que el Gobierno dice que en Venezuela la salud es gratuita, los familiares de pacientes hospitalizados en cualquier institución pública saben que deben disponer de dólares en efectivo para pagar no sólo las pruebas, sino también a la ambulancia. "La gente se muere por pobre, no por enfermo", es otra de las quejas frecuentes dentro de la institución.
Según explican los centros especializados, las personas pueden pagar sus pruebas en bolívares, pero no de un día para otro pues el monto se ajusta a cómo esté el dólar.
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