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2022-11-07 15:43:17 By : Mr. Chao Han

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Después de los 35 años es normal la pérdida de la masa ósea, sin embargo, existen medidas que puedes tomar para evitar fracturas y problemas mayores.

Los huesos proporcionan al cuerpo una estructura firme y protegen los órganos internos más delicados. Son un tejido fuerte que está sometido a un proceso continuo de “remodelación” en el cual se reemplaza gradualmente el tejido óseo viejo por tejido óseo nuevo. Cada hueso del cuerpo se renueva por completo cada 10 años.

La parte dura externa del hueso (hueso cortical) está compuesta por proteínas como el colágeno y una sustancia llamada hidroxiapatita, constituida por calcio y otros minerales y responsable de la resistencia y densidad del hueso.

La parte interna (hueso trabecular) es menos densa que la parte exterior, pero contribuye de manera importante a la fortaleza ósea, pues si disminuye la cantidad o la calidad de esta parte del hueso aumenta el riesgo de fracturas. Asimismo, en el interior del hueso está la médula ósea, que contiene células especializadas que producen células sanguíneas.

Cuando la densidad de la masa ósea disminuye, los huesos se vuelven más porosos y, por lo tanto, más frágiles. Resisten peor los golpes y se rompen con mayor facilidad. Esto es la osteoporosis, una enfermedad del esqueleto que no se manifiesta hasta que la pérdida de hueso es tan importante que se rompe.

“Como consecuencia de las fracturas existen una serie de complicaciones que pueden impactar de manera importante en la calidad de vida del paciente, derivadas del dolor y la discapacidad que produce, así como el empeoramiento de otras enfermedades que pudiera tener. Por eso es importante detectar qué pacientes presentan osteoporosis realizando una densitometría e instaurar un tratamiento que aumente la densidad mineral ósea a fin de reducir el riesgo de fractura”, explica el doctor Javier García Miguel, jefe de Servicio de Reumatología del Hospital Universitario Sagrat Cor de Barcelona.

La osteoporosis afecta fundamentalmente a los huesos de las mujeres, sobre todo después de la menopausia, aunque también puede afectar a hombres, adolescentes e incluso a niños.

Aproximadamente, una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres mayores de 50 años sufrirá a lo largo de su vida una fractura como consecuencia de la osteoporosis. De hecho, se estima que esta enfermedad provoca unas 25,000 fracturas al año.

Entre los 30 y los 35 años, una persona alcanza, en condiciones normales, la máxima cantidad de masa ósea. A partir de esa edad, se va perdiendo de manera natural, poco a poco.

Además, la probabilidad de desarrollar osteoporosis depende en gran medida de la cantidad de masa ósea que se ha tenido en la juventud. Cuanto mayor sea esa masa ósea, más tejido óseo se tendrá de reserva y menor será la posibilidad de tener osteoporosis en los huesos.

Y, por supuesto, la edad, ya que a medida que se cumplen años se va perdiendo masa ósea, así como el género, pues las mujeres son más propensas que los hombres a sufrir osteoporosis.

Normalmente, la pérdida de masa ósea no presenta síntomas, pero es importante acudir al especialista cuando se siente dolor de espalda, pérdida de estatura, postura encorvada o un hueso que se rompe con más facilidad de la esperada.

Para un diagnóstico adecuado, la prueba que se realiza es una densitometría ósea, una técnica fácil, rápida, barata e inocua que mide la densidad mineral del hueso y permite estimar el grado de pérdida de masa ósea.

“Constituye la principal herramienta diagnóstica que permite determinar el riesgo de sufrir una fractura. La densitometría permite detectar la osteoporosis en su etapa más precoz y, de esta manera, poder instaurar un tratamiento preventivo. Es una prueba sencilla e indolora que no requiere ninguna preparación especial y tiene una duración de unos 10-15 minutos”, puntualiza el doctor García.

Es importante insistir en las medidas que se deben llevar a cabo para evitar, en la medida de lo posible, el desarrollo de la enfermedad:

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